viernes, 25 de marzo de 2011

Dejarse llevar...

Suena mientra preparo la maleta:
Copenhague.
Me acompañará durante el viaje. Dentro de un nuevo ipod cargado de música francesa, otras canciones de Vetusta Morla, y La Sonrisa de Julia, y los clásicos, si, Radiohead y Sabina, voces de cantoras de jazz que me susurran al oído mientras, duermo, leo o escribo sentado en mi asiento del avión.
El corría nunca le enseñaron a andar se fue [...]
Otra vez he preparado una maleta hacia lo desconocido.
Ahora tengo más práctica. Sé lo que me puede hacer falta. Lo que agradecerán mis nuevos compañeros.
Películas nuevas, jamón, aceite de oliva.
[...]El valor para marcharse el miedo a llegar [...]
Mosquitera, barritas energéticas y ropa cómoda para el terreno.
[...] Dejarse llevar suena demasiado bien [...]
Ilusión por pisar el terreno, por sentir que puedo ser útil, pero sobre todo, que puedo ser capaz.
Trabajar bajo la presión del tiempo, llegar con más problemas enumerados que soluciones discutidas.
[...] Jugar al azar [...]
Y la esperanza de poder cruzar a Kinsasha un fin de semana.
[...] Nunca saber donde puedes terminar o empezar [...]