domingo, 22 de julio de 2012

Mi amigo Hassan

Hassan es un árabe muy simpatico que tiene una tiendecita al lado de la oficina. En cierto modo, me recuerda a Monsieur Ibrahim, ese tendero protagonista del libro de Éric-Emmanuel Schmitt. 

Hassan vende mirinda, super - cola, galletas, samosas e insecticida. De vez en cuando, consigue huevos y la tienda se llena aun mas de lo habitual. Tambien me cambia dolares por libras sudanesas, me vende creditos para el telefono movil y atiende pacientemente las sugerencias que le hago sobre ciertos productos.

Hassan ha conseguido traer Coca - Cola a Bentiu. 

Definitivamente, creo que hoy Hassan y yo somos los logistas con mas éxito en esta región del mundo. 

Yo tengo mi Coca - Cola y mis colegas tienen combustible para sus vehiculos y generadores, comida y medicamentos para los pacientes de los hospitales.

Hoy, despues de hablar un rato con Hassan, y mientras saboreo mi Coca - Cola fria pienso que si, que mis dos meses aquí va a servir para algo. Que habrá gente con mejores condiciones de trabajo, mas preparados y que, esto repercutirá en una mejor atención a los refugiados.  


sábado, 7 de julio de 2012

Y el Sábado a la Escuela

Me ponía yo a escribir sobre Sudan del Sur, su primer aniversario, que se celebra el lunes, las dificultades de sus habitantes, y la lucha por la supervivencia de los recién llegados. Pensaba también mencionar las dificultades logísticas que afrontan o mejor dicho, que imposibilitan, toda acción humanitaria a gran escala. Yendo un poco mas lejos, hablaría sobre la imposibilidad de hacer salir del país el petroleo de sus campos, con el trágico impacto que esto tiene en la cuenta corriente del país.

Pero no, yo no hablo de esas cosas. Que hay otros que lo cuentan mejor, con mas información y una mayor audiencia. Yo hoy, he decidido hablar de un colega Sud Sudanes.

Esta manana, mientras paseaba por la calle principal, buscando un lugar donde comprar una Pepsi fría - mi tendero habitual es musulmán y estaba rezando - he notado una inmensa figura sonriente tras de mi. John, es un tipo de mas de dos metros de altura, que siempre se ríe. Ademas de reírse, es ingeniero. Probablemente el ingeniero mas grande que conozco. El caso es que, le he preguntado si iba a la iglesia - contando con las posibles opciones de ocio que ofrece Bentiu, si te encuentras a alguien conocido el fin de semana por la calle, probablemente va a la iglesia - .

Pero no, John, iba a la escuela. Un ingeniero de mas de 2 metros que va a la escuela. MMMMMM. Raro. Luego me ha explicado. Los sábados y domingos va a dar clases a una escuela local. Y no, no es que paguemos mal y se busque un sobresueldo. Dedica sus fines de semana a dar clases gratis en una escuela local.

En fin, que lo que quiero decir es que, estoy en un país que se ahoga en el lodo de sus pistas, se desangra por ese oleoducto bloqueado desde Karthoum, donde faltan escuelas y hospitales.

Pero tiene a gente. He conocido a poca gente local y, cuando llegue el momento de irme, no habré conocido a muchos mas pero, por el momento, me he encontrado con gente que tiene ilusión y que, quiere ayudar a su gente. Imposible saber si hay muchos como los que he encontrado pero, me da un poquito de esperanza.