jueves, 10 de febrero de 2011

Un descubrimiento

En una mesilla de alguien amado. Allí me encontré a Eric – Emmanuel Schmitt. Un libro de bolsillo, ajado de viajar varios continentes. Con un descapotable levantando el polvo del camino y dejando el sol tras de sí. “Ulises sobre Bagdad”.

La Odisea de Saad Saad, que significa, como el propio Saad Saad indica, esperanza en arabe, tristeza en inglés. Un viaje de supervivencia para el, y un viaje de descubrimiento para mí.

Saad Saad no quiere ser un héroe. Solo quiere salir de su país. Llegar a un lugar mejor donde podrá ahorrar para sacar adelante a su familia, que sufre en Irak.

Este viaje además me introduce en el autor. Un escritor sensible, con una inmensa capacidad de retratar los sentimientos de los protagonistas con pocas palabras, de descubrirnos paisajes, lugares y personas en breves párrafos.

Y tras Saad Saad, me encuentro con Joseph. Y Joseph es “el hijo de Noé”. Otro viaje. Otra aventura por la supervivencia. Esta vez lo encuentro en, sorpresa, una librería de Huesca, y sorpresa, en el francés original.

Y sigo a Joseph en su tránsito hacia la adolescencia, en una doble vida que esconde el más peligro secreto. En una adaptación a los ritos cristianos mientras, por la noche, se sigue instruyendo, junto al Padre Pons, en las tradiciones hebreas

El también viaja, aunque no sepa el porqué, viendo sobre sus ojos de años lo que pasa alrededor suyo sin acabar de comprenderlo.

Ahora que tengo frente a mí estos dos libros. Los dos evocando un gran viaje de la historia de la humanidad, los dos transmitiendo el viaje de una persona solo deseo poder encontrarme el tercero de los viajes narrados por Schmitt.

No lo voy a encargar. Estoy seguro que me encontrará en el lugar más insospechado, para llenar las horas de otro viaje, el mío hacia un lugar ahora, y todavía, no definido.

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